HEY PARTY PEOPLE!

viernes, 14 de junio de 2013

"Este planeta está contaminado."

Solo hace falta salir por la puerta detu casa para ver que hoy en día son todos iguales. La personalidad es algo en peligro de extinción.

Todos con Vans. El pelo de colores. Dilatas en la oreja del tamaño de un plato. Septums para combatir el complejo de toro. Tatuajes para arrepentirse. Ser super fans de todo. "ERREAPÉ"  que si Nivana, que si Green Day, que si A7X. Dubstep, EDM. Tomorrowland. UMF. Starbucks. Ser gamer. Ser friki.

Enhorabuena, si esa ha sido tu descripción, eres un despojo más de la sociedad.

¿Se gana algo por seguir modas? ¿Se gana algo copiando la personalidad de otros? Queréis ser modernos y "guais" y no dais más que pena.


La vida en la que, cuando si jugabas a videojuegos, te insultaban por ser friki. En la que un adolescente con el pelo teñido era visto raro. En la que hasta los 18 ni pendientes ni tatuajes.  Aquella época en la que cada uno, tenía sus gustos y personalidad, y no como ahora, en la que sois todos iguales.


Sois simple escoria.

lunes, 10 de junio de 2013

La vida da más vueltas que una noria.

Siempre que sientas que todo va bien, llegará algo que te quiera hacer daño. Siempre que intentes ver el sol a través de la oscuridad, una nube se interpondrá en tu camino. Siempre que te prometan la luna, no te fíes, o acabarás quemándote al sol.
De la noche a la mañana, la vida de cualquier persona puede cambiar, poco o mucho, pero nunca será igual. Nunca sabrás si para bien o para mal, el destino está escrito, pero quien sabe, quizás lo podamos cambiar.

"Nadie muere virgen, la vida nos jode a todos" decía Kurt Cobain, y que razón tenía.
La vida funciona como una noria. Todos luchamos y soñamos con llegar a lo más alto, pero cuando estamos llegando, vemos que volveremos a bajar, por eso la clave es no rendirse jamás y luchar por seguir arriba, en lo más alto.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Diferente Navidad.

Se supone que la Navidad es una época feliz, de alegría, para pasar en familia. Se supone. Pues bien, yo os voy a contar como será mi Navidad:

Recuerdo cuando era pequeña, como mis padres y tíos jugaban con nosotros manteniendo la magia de la Navidad. Acabábamos de cenar, la noche del 24 de Diciembre y cuando nosotros ya preguntábamos por los regalos y nos paseábamos mucho mirando por la ventana el árbol de Navidad, que estaba en la galería de casa, entonces empezaba el juego.
— ¿Eso que suena no es la campana del trineo de Papa Nöel?
Nosotros como locos volvíamos al comedor y nos quedábamos en silencio, y no escuchábamos nada. Volvíamos a hablar y volvían:
— Que si que si, ¡vamos al desván (o buhardilla, como se prefiera llamar) a ver si le vemos!
Subíamos corriendo las escaleras para asomarnos al balcón que allí arriba había, mirábamos a través de los cristales de las ventanas, pero no veíamos nada:
— ¡Mirad, allí a lo lejos, es el trineo de Papá Nöel!
Nosotros seguíamos sin ver nada, pero nos lo creíamos todo.
Después de esto, bajábamos corriendo las escaleras, atravesábamos el comedor y la cocina y llegábamos al árbol. Allí estaban los regalos, y nos apresurábamos a cogerlos y dárnoslo según el nombre que pusieran. Aquello era realmente una batalla entre niños y papel de regalo que no duraba más que unos segundos.
Felicidad extrema, sonrisas de oreja a oreja, Papá Noël siempre acertaba con los regalos. Inmediatamente sacábamos el contenido y se lo íbamos a enseñar a nuestros padres. Y como no, nos poníamos a jugar con ello, el resto de la noche.

Esa era la rutina de todas las Navidades, pero, una vez que creces, la cosa cambia, se pierde la magia y la Navidad no es más que una escusa barata para dar y recibir. Yo tuve la suerte de que mi madre, tan buena ella y tan inocente yo, consiguió conservar mi magia navideña doce años. Ese pequeño detalle me marcó, ella quería verme feliz. Pero, ahora, todo es diferente y este año, especialmente este año, la cosa cambia.

Dicen que la Navidad es para pasarla en familia, pero, ¿qué pasa cuando esa familia está rota? la Navidad pasa de ser feliz y mágica a ser una absoluta mierda.

jueves, 25 de octubre de 2012

Mundo de Monstruos.

Que ironía de vida, ¿verdad? Los que tienen que velar por nuestra seguridad, atentan contra nosotros cuando les pedimos a los de arriba, que son los que nos tienen que ayudar a tener una vida decente, a que no nos quiten lo que nos pertenece. Enseñar ética, el significado de libertad y que nos la controlen. ¿De que sirve que nos gobiernen si estamos como los animales? A día de hoy no podemos ni estudiar, solo podría la antigua burguesía. ¿Y que somos nosotros? La simple clase obrera, o si eso, que ni trabajar nos dejan. Todo aumenta: el paro, la pobreza, las malas formas de vivir, los sueños perdidos y el dinero en el bolsillo de los jodidos políticos. Si me preguntasen que es lo que realmente quiero, estaría segura de contestar que hubiera algo de humildad, respeto y tolerancia. En este jodido mundo todo se mueve por la cantidad de dinero del bolsillo de los de arriba, los cuales tienen el cargo de ayudarnos y ¿qué hacen cuando les pedimos lo que nos pertenece? Mandarnos a las tropas, cuales perros rabiosos, a atacarnos. ¿Sabéis cuando antes se rezaba por la paz mundial, el hambre o la pobreza? Ahora nos tocará rezar por poder seguir con el don de vivir, porque es nuestro bien más preciado, ya que es lo único que no nos pueden arrebatar. O si.

viernes, 21 de septiembre de 2012

"El libro sin nombre", capítulo 9.

Suena el teléfono, son las ocho de la mañana, Clara se levanta a cogerlo:
- ¿Si?
- Buenos días, llamábamos del Hospital Santa Teresa, quería hablar con Clara Morrison.
- Si, soy yo, ¿qué quería?
- Tenemos buenas noticias, su hijo a despertado.


En casa se respira felicidad, David por fin ha vuelto. Nunca preguntó por Lisa, nunca más volvió a sacar el tema de aquel día. 
Era una tarde gris, pero todos estaban felices, eran las fiestas del pueblo. Susanne se estaba preparando, en unas horas sus amigos llegarían y ella no hace más que pensar en la noche, en la buena noche, porque sabe que lo pasarán bien. De pronto, una canción empieza a sonar en la radio, "esa canción, nuestra canción" piensa, y entonces recuerda a Borja, recuerda que le dijo que vendría a las fiestas, pero no quiere pararse a pensar en ello, será una buena noche con sus amigos.

*Ding, dong* Suena el timbre de casa, Susanne abre sin preguntar, sabe quien es. Por la puerta aparecen Dani, Irene, Hugo y Louis, que suben a buscarla. Coge sus cosas, le da un beso a su madre y se van. Cuando bajan a la calle ve que están allí el resto de sus amigos, y juntos se van a buscar un lugar donde cenar. Todo son risas, chistes, abrazos, besos, están contentos y están pasándolo bien. 
Anochece, el pueblo está lleno de gente, la música de la orquesta suena, todo el mundo está en el parque, entonces algunos deciden ir por su cuenta, a buscar a conocidos, pasear o simplemente a ver el ambiente. Susanne y Louis se van a buscar a una amiga suya. Pasan un buen rato con ella y sus amigas. Todo estaba muy bien, hasta que el móvil de Susanne suena. Lo mira. Es un mensaje de Borja.
- Louis, ¡es Borja!
- ¿Y qué te dice?
- Quiere que nos veamos. ¡Vamos!
Se ponen en camino hacia donde Borja está, Su está muy nerviosa, tiene muchísimas ganas de verlo, pero no sabe como actuar.

- ¡Louis! -una chica le saluda por las espaldas- ¿qué tal?
Se paran a hablar, Susanne sigue nerviosa y le mete prisa a Louis. Pasan casi 10 minutos y por fin se despiden. Siguen su camino, no se da cuenta, pero cada vez camina más rápido. 
Está llegando, le ve a lo lejos, entonces empieza a sentirse mal, está nerviosa y siente cosas en el estómago, pero le echa la culpa a los nervios.
- Hola.
- Hola. -se dan dos besos. Es una sensación muy rara, claro que darle dos besos, a quien antes le dabas de uno en uno, no es fácil. Tampoco es fácil llevar una conversación, es una experiencia realmente rara.
- ¿Y cómo te va todo?
- Bien, mi hermano ya está en casa. Era lo único que nos angustiaba.
Siguen hablando un rato, hasta que llega el momento que ya no sabes que preguntar para seguir una conversación y Susanne decide acabar con la "visita".
- Bueno, pues nos vamos a seguir dando una vuelta. Adiós.
- Adiós.
Vuelven a darse dos besos, dos besos con ganas de más, con ganas de recordar.

Pasa la noche, y el móvil vuelve a sonar, otro mensaje de Borja, dice que se va, pero lo que realmente le llama la atención a Susanne es la última palabra del mensaje. "Te quiero", lo lee, lo relee, no se lo cree, se nota impotente, le echa de menos, pero no quiere volver a sufrir y decide contestar de forma seca, acabando con un simple "adiós".
Susanne empieza a no sentirse bien, el alcohol en el cuerpo, la angustia de Borja y todo la tienen liada, pero eso no impide que siga pasándoselo bien, hasta que llega el momento en el que pierde de vista a sus amigos. Les busca por todos lados, no les encuentra, nadie les ha visto, el teléfono no funciona. Se rinde, así que se vuelve a casa. Llega en silencio, son las cinco de la mañana, se pone el pijama y se echa en la cama. No tiene sueño, así que abre el Twitter, y habla con las pocas personas que hay. 
De pronto otro mensaje llega, es de Borja. "Su, tengo que hablar contigo".

jueves, 23 de agosto de 2012

"El libro sin nombre", capítulo 8.

"Tú pon el ocho que yo me encargo de tumbarlo". Era el título de una nueva entrada en su blog. Susanne se estaba volviendo loca, necesitaba desahogarse. "Después del tiempo sin saber de su vida, ha vuelto a aparecer. Está increíble. Puedo decir que me he enamorado, si, lo he hecho, pero esta vez es diferente, esta vez es de verdad".
No puede seguir escribiendo, se está volviendo loca, necesita gritarle al mundo. Llora, llora de impotencia, no sabe lo que él siente, es todo muy extraño, pero le quiere, si, realmente le quiere. Se pone los cascos, todas las canciones le hacen pensar en él, su nombre ronda por su cabeza. Borja. No quería verlo, pero tampoco podía evitarlo.

Han pasado unos meses después de todo lo ocurrido, después de aquella tarde con Lisa, no sabe si ha hecho bien, pero no ha conseguido contarle nada a nadie, solo a David, pero porque él sabe que de momento, no podrá contarlo. Revuelve toda su habitación, busca sin parar la nota que le había dejado Lisa en el buzón:
"Susanne, se que lo de tu hermano ha sido culpa mía, no tendría que haberme encaprichado con él, pero muchísimas cosas no deberían de haber sucedido. Me voy Su, me voy lejos, al lugar donde realmente pertenezco. Por favor, cuando David se despierte dile que le echaré de menos, pero que esto es realmente lo que se merece y si, estoy segura de que despertará, uno de los médicos es amigo y me ha dicho que va progresando.
 No me busquéis, habré desaparecido cuando hayas leído esto, porque en realidad, tampoco me llamo Lisa, no puedo decirte más Su, hasta siempre."
Siempre que lee la nota se queda perpleja, ha tenido engañado a todo el mundo, "¿de donde habrá salido?" siempre se pregunta, pero le queda vivir con la curiosidad.
Vuelve en si, vuelve a pensar en Borja, no sabe que hacer, le da miedo sufrir por amor, otra vez. "Aquel mes juntos, fue perfecto", siempre recuerda ese tiempo, le echa de menos.
No puede más, Susanne coge la mochila, la bici y se va. Sabe perfectamente donde ir, donde realmente estará a gusto. Ella, solo ella con sus pensamientos en un bonito lugar. Llega a una pradera que es preciosa, en esta época está repleta de margaritas, que la hacen más bonita. Al fondo, se ve el mar, nunca se ha acercado mucho, con tanta altura la caída sería mortal.
Piensa, piensa, le da vueltas a la cabeza, grita, llora, ríe. Se está volviendo loca, pero loca por él. Recuerda su sonrisa, sus besos y caricias. Una pequeña sonrisa le sale. Llora. Realmente lo está pasando mal, le quiere y no sabe que hacer. Intenta olvidarse de él, pero no puede. Se echa en la toalla que ha llevado, se pone los cascos y sigue llorando, necesita desahogarse del todo.

Pasan los días, el tiempo corre, Susanne está feliz, se miente a si misma diciéndose que se ha olvidado de él. Mira el calendario, en un par de semanas son fiestas en su barrio, se lo pasará bien, desconectará. De pronto, un mensaje le llega al móvil. Es suyo. Lo abre: "Su, se que en seguida son las fiestas de tu barrio, espero verte. Un beso."
- ¡No puede ser verdad! -grita.
¿Y ahora qué? No sabe si quiere verle, ni que decirle cuando le vea, "¿cómo voy a dar dos besos a quien antes daba de uno en uno?" piensa, pero se olvida de ello. Ya tendrá tiempo de pensarlo, ahora tiene que planificar las fiestas, espera que realmente sean memorables, su prioridad es pasarlo bien, pero en el fondo, se muere de ganas de verle.

miércoles, 22 de agosto de 2012

"El libro sin nombre", capítulo 7.

Susanne está apoyada en la ventana, ve la gente pasar, los pájaros están cantando en las ramas de los árboles. Hace buen día, el sol brilla, la gente parece estar alegre. Cierra los ojos, suspira. Ella no está alegre, no ve el día en que David se mejore. Recuerda la noche anterior, iba en busca de Lisa pero el faltaba un pequeño detalle, le faltaba saber donde ir a buscarla, de todos modos, ¿qué iba a hacer al llegar a su casa? Tiene que pensar bien que hacer. De pronto sus pensamientos se interrumpen, empieza a sonar su móvil. Matt llama. Se había olvidado de él.
- ¿Sabes que existo? -le dice en un tono borde.
- Lo primero, a mi me hablas bien y lo segundo, ¿qué quieres?
- Teníamos pendiente una conversación, ¿quedamos hoy?
- No puedo, tengo cosas que hacer -miente- lo que quieras decir, dilo ahora.
- Su, ya sabes lo que yo siento, pero yo no se lo que tú sientes.
- Yo no siento nada, Matt. -un silencio incómodo se produce- Lo siento, pero no podemos seguir así, esto ha dejado de ser un juego, no volveremos a quedar.
Susanne le cuelga, ha dicho lo que llevaba tiempo queriendo decir, no quería escuchar ni una palabra más. El móvil vuelve a sonar, pero no contesta, lo apaga, no quiere saber nada del mundo, hoy no.

No hay nadie en su casa, todo el mundo se ha ido, su rutina es pasarse las tardes sola en casa. Entra en la habitación de su hermano, "tiene que tener su dirección en alguna parte" piensa. Abre cajones, cajas, libros, hasta que encuentra en su chaqueta un papel. Una dirección está escrita. No sabe de dónde es, pero piensa ir hasta allí.
Después de autobuses y una larga caminata, llega. Es un local, no le da buen presentimiento. Hay una casa abandonada, y justo al lado una especie de garaje, con motos aparcadas fuera. Susanne da un golpe en la puerta:
- ¿Quién eres? -Jeff ha abierto, no le gusta nada.
- Soy Susanne, la hermana de David.
- ¿Manda a su pequeña hermana arreglar sus problemas? -Le da la risa y se enfada- Pues dile que...
- Su, ven, te llevaré a casa. -Lisa sale, interrumpiendo a Jeff.
No sabe si fiarse, pero empezaba a tener miedo. Se monta en la moto con Lisa, pero esta no le lleva a casa, si no se van a un parque, lejos del local, no sabe donde están.
- ¿Por qué me traes aquí? Quiero volver a casa.
- No te asustes, se a lo que has ido al local y te contaré que ha pasado.
Se sientan en el suelo, Lisa empieza a explicarle que cuando David llegó, ella se fijó en él y eso a Jeff no le gustó, siempre quiso librarse de él, realmente estaba loco.
- Entonces, después de discutir, David cogió la moto y se fue.
- No fue un accidente, su moto estaba bien.
- Lo se.
Susanne se echa a llorar, Jeff estaba loco, había intentado matar a su hermano.
- ¡Pienso denunciarlo, además he visto todo lo que tenéis en el local montado! -Susanne grita, y sale corriendo.
Lisa se monta en su moto, no puede dejar que se vaya, ha visto demasiado con tan solo quedarse en la puerta. Susanne corre, tiene verdadero miedo. Llega al pueblo, mira atrás y no ve a Lisa, está tranquila. Sigue caminando, se dirige a casa, dobla una esquina y allí está Lisa.
- Su, por favor, no quieras meterte en problemas tú también -Le agarra del brazo- no puedes decir nada.
- ¡Habéis intentado matar a mi hermano, tú tienes la culpa de todo, eres una zorra! -Su se libra y vuelve a marcharse corriendo, Lisa había dejado de apretar.
Se queda en silencio, en el callejón, junto a su moto. Realmente ella es la culpable de que David esté así, no quería verlo de ese modo, pero es la realidad.
Lisa se va a su casa, ya lo tenía todo preparado, vive sola y no tiene que dar explicaciones a nadie, coge la maleta que guarda bajo su cama, todo el dinero que tenía guardado y sin decir nada a nadie, se va. Pasa por delante de casa de Susanne, ve que hay luz dentro, ella ya estará en casa, así que le deja una nota en el buzón y desaparece entre la oscuridad de la noche.

Susanne está en su habitación, asustada. Coge una hoja y empieza a escribir todo lo que ha visto en ese garaje. "Esos coches no eran comprados" piensa, empieza a creer lo peor de lo peor. La caja. Ha visto la caja de su hermano allí. Sigue sin saber que había dentro, pero seguramente era algo para desmontar en negocio de Jeff y los demás. "¿En qué te has metido, David?"